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PS Diversidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Secretaría de Diversidad Sexual – Partido Socialista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

viernes, 30 de abril de 2010

1º de Mayo… en la huella de Nadia Echazú

 


La constatación cotidiana de que sin acceso al trabajo nunca se iba a abrir el círculo de la exclusión ni tampoco sería posible disolver el binomio “travesti/prostitución” fue lo que impulsó la creación de la Cooperativa de Trabajo Nadia Echazú, la primera organizada, dirigida y compuesta por travestis y transexuales. A dos años de su inauguración, las 30 integrantes originales se convirtieron en 60, se alentó la creación de otras dos cooperativas en el conurbano y sobre todo se abrió un camino alternativo al callejón sin salida de la marginación.






 


Leila toma distancia del maniquí y lo examina con ojo crítico. Después de acomodar dos capas de voile sobre la falda, la manga mariposa se resiste a quedar en su lugar. Una flor de alfileres prendida sobre el paraíso de sus tetas se deshoja cada vez que ella intenta sostener un frunce, una pinza, el efecto necesario para que el vestido de 15 que está confeccionando sea lo más parecido a un traje de princesa. Las manos, inmensas, cargadas de bijou sujetan la cintura artificial: “Desde acá hasta el escote va todo bordado con pedrería. Es mi especialidad, yo siempre hice concheros, tazas, ropa de show... Porque yo trabajaba en la noche, en boliches. Pero me saturó. Muy mal pago”. Leila ladea la cabeza y frunce la nariz, no le gusta lo que ve, vuelve a quitar los alfileres, la tela violeta y sus propias manos del maniquí. Dos pasos para atrás y se choca con la máquina de coser de Celeste y con Celeste que no pudo terminar de enhebrar el hilo. “Esto es como en la casa de mi madrina, pisás una baldosa floja y te salen diez travestis”, dice Leila, 46, rubia satinada de bronceado Caribe como pateando la tierra para ver si por fin salen las hormigas. Chiste o provocación, nadie contesta. Demasiado trabajo en una tarde de miércoles en la Cooperativa Nadia Echazú, dedicada a la actividad textil, dirigida, organizada y compuesta por travestis y transexuales. Leila, entonces, abandona por un rato el gesto desafiante: “¿Vos querés que te diga qué me dio la cooperativa? Dignidad. Por eso luché toda mi vida. Pude decir basta, que dejen de encasillarnos, tenemos capacidad para cualquier cosa. Pero éste no es mi fin, es un medio. Yo quiero tener mi propia marca. Lo mío es la alta costura, no te digo como Dolce & Gabbana, pero como Las Oreiro ¡si esas le copian todo a Terry Mugler! Lo que pasa es que a nosotras nunca nos dieron la posibilidad. Como si una anduviera por ahí pidiendo documentos para ver si naciste hombre o mujer ¿a quién le importa? ¿Vos le pedís los documentos a tu ginecóloga? Yo no. Por suerte ni tengo que ir a una. Si volviera a nacer, volvería a nacer travesti ¡Dejame a mí con eso del período!”.


Por fin, a Celeste se le escapa una risita modesta. Harta después del quinto intento de enhebrar la máquina de overlock, decide dejar esa tarea en manos de una compañera y se embarca en otro imposible: que su voz se imponga sobre el eterno monólogo de Leila. “A mí muchas veces me pegó la policía. Antes de echarme de mi casa me quisieron llevar a un psicólogo.”


Leila: –Y está bien, si vos sos loca.


Celeste: –Que te marginen duele.


Leila: –¿Sabés las veces que me llevaron al calabozo con la bolsa de papas y la leche? Porque la travesti no puede ni hacer las compras... siempre estás en la vitrina.


Celeste: –Yo siempre fui así. No me hice nada. Lo que tengo es de hormonas...


Leila: –¡Si no tenés nada! Nada de pecho, nada de espalda, podés juntarte con una mina.


Celeste: –Para mí pasiva con pasiva nunca va.


Leila: –Y no, mi amor. Con lo que me costó ser mujer, lo único que falta es juntarme con una.


La lluvia sobre el techo de chapa, el traca traca de las máquinas de coser, el filo de una tijera rasgando la tela, las voces entrelazadas; los sonidos son el hilván de la tarde. Una tarde de trabajo en una esquina de Avellaneda, en una casa de tres pisos en la que ser travesti es sinónimo de complicidad, de tiempo y tareas compartidas.




La historia, para Lohana Berkins, es un entramado de imaginación y conquistas, de dolores y deseos, todo cosido en el cuerpo. Si la cooperativa que ella preside se llama Nadia Echazú es porque en el nombre de esa activista fallecida en 2004 se condensan todas las compañeras que faltan “las que murieron por discriminación, por violencia, por intolerancia”. Las que todavía mueren a diario y en cifras que aplastan la expectativa de vida de travestis y transexuales antes de los 40. Y también es un homenaje al activismo, la identidad más poderosa de Berkins, un modo de comprender la vida y el mundo. Activistas trans y travestis fueron las primeras que pensaron, hace casi cinco años, que si ellas mismas no generaban su propio trabajo el círculo de la exclusión no iba a abrirse.


El pasado 3 de diciembre de 2008, la Camara de Diputados de la Nación, a través de una iniciativa del Diputado Nacional Roy Cortina (pinche aquí), declaró de interes social la labor realizada por la Cooperativa Nadia Echazú en la localidad de Avellaneda. 


La salvaguarda del derecho a trabajar en condiciones dignas y equitativas -argumenta dicho proyecto- consagrado por los artículos 14 y 14 bis de la Constitución Nacional, así como por distintos Tratados Internacionales de Derechos Humanos de rango constitucional, exige el reconocimiento de la identidad para el libre desarrollo de todos los/as habitantes de nuestro país, al tiempo que vuelve prioritaria la promoción y el fortalecimiento de políticas públicas tendientes a garantizar la igualdad de trato y oportunidades de la población travesti y transexual, que cotidianamente ve postergados y violentados sus derechos.


En marzo de este año, después de dos de capacitación, la Cooperativa Nadia Echazú puso a la venta su producción por primera vez. Sábanas, bolsas para compras, remeras y otros productos están disponibles. Quienes tengan interés pueden contactarse a través de los mails:


ventascoopechazu@gmail.com


coop_nadiaechazu@yahoo.com.ar


 


Fuente: Suplemento Soy, "Coser y Cantar" por Marta Dillon (ver la nota completa aquí)



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