Justicia por Natalia Gaitán

 

 

“Sean capaces de sentir en lo mas hondo,

cualquier injusticia cometida contra cualquiera

en cualquier parte del mundo"

 

Ernesto "CHE" Guevara decía que esa era la cualidad mas linda de un Revolucionario, y lo es, es la virtud mas hermosa de todo militante. Injusticia, es la que se cometió el pasado 6 de marzo en la Ciudad de Córdoba. La víctima: una jóven de 27 años, Natalia Noemí Gaitan. El victimario: el padrastro de su novia, Daniel Esteban Toledo. 

Cuentan sus familiares y amigos, que “la Pepa”, como la apodaban cariñosamente, era una chica humilde pero solidaria, que dedicaba gran parte de su tiempo a ayudar a sus vecinos en el comedor popular de su barrio. Aún así, era un blanco frecuente de la homofobia de muchos.
Puedo imaginarme a que se refería su madre cuando comentaba esto a los medios, ya que lo vivo en carne propia cotidianamente, como si fuera parte de mi rutina. “A esa tortilla le hace falta huevo”, me gritaron por Santa Fe y Pueyrredon hace unos días, mientras caminaba de la mano con una chica. Simplemente nos reimos y seguimos como si nada hubiera pasado.

Lamentablemente, y aunque al menos a mi me llevo años, ya nos acostumbramos a eso. Es un sonido más de la calle, algo que antes nos desanimaba y hacia que soltáramos nuestras manos por “el qué dirán”, y ahora nos alienta a demostrarnos afecto abiertamente y con orgullo de lo que somos, visibilizandonos como hijas, vecinas, amigas, compañeras de facultad, clientas en los comercios, etc.

Pero aquel Sábado, la intolerancia llegó demasiado lejos, y Natalia fue victima de ella.

 
La joven mantenía una relación con una chica de 16 años del barrio Parque Liceo 2ª Sección, un vecindario humilde en las afueras de la Ciudad de Córdoba. La familia de Gaitán, apoyaba la relación amorosa entre ellas, pero los allegados a la adolescente no. Por ese motivo, Daniel Esteban Toledo, fue a buscar a su hijastra a la casa donde convivía con su novia, para llevarla de regreso a un “hogar”, colmado de lesbofobia, obstinación y del rechazo de su propia familia, situación con la que muchas personas LGBT tenemos que convivir a diario. Natalia fue a la casa de su pareja, con la esperanza de que sus suegros comprendieran que ambas se amaban y eran felices juntas, y allí se encontró con su muerte a manos de Toledo, quien a raíz de una discusión le disparó en el hombro. Luego de una larga espera, fue trasladada en ambulancia hasta  el Hospital Municipal de Urgencias de Córdoba, donde falleció a la madrugada.
En repudio a este crimen de género, en apoyo a la familia de Natalia Noemi Gaitan, en nombre de los derechos de todos y todas, con la ilusion de luchar por un país en el que las personas LGBT no seamos cautivxs de la homofobia, exigimos por medio de una presentación en la Casa de Córdoba, a la par de las organizaciones de la sociedad civil, una inmediata respuesta institucional por parte del Gobierno de dicha Provincia. Y a través de un proyecto presentado en el Congreso de la Nación (pinche aquí) por el diputado socialista Roy Cortina,  instamos a los funcionarios a implementar diversas políticas públicas destinadas a erradicar y prevenir la violencia de género, incluida aquella basada en la orientación sexual e identidad y expresión de género de las personas.

YAMI